Hay cuestiones, temas en esta vida que parecen de sentido común. Tan de sentido común que la gente se atreve a hablar y opinar con toda ligereza, como si fuera obvio lo que hay que hacer. Te conviertes en cuidador y afloran a tu alrededor grandes opinólogos que saben exactamente lo que harían en tu situación concreta, en el caso concreto, con la persona concreta, desde tu visión, carácter y personalidad concretos. Saben cómo se cuida y las decisiones exactas que tomarían en cada momento. Y además saben discernir perfectamente la moralidad o no de cada una de esas decisiones hipotéticas y ven con absoluta claridad la idoneidad o no de actuar de una forma o de otra. ¿Y tú? Sí, tú, que eres cuidador, ¿qué op inas , tú que sí cuidas? Cuando fuiste consciente de que tu nuevo papel en la vida iba a ser el de cuidar de un familiar enfermo o dependiente, ¿sabías cuidar? ¿Te habían enseñado a cuidar? Quizás s
Una mirada educativa al envejecimiento, el cuidado y los servicios sociosanitarios