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Mostrando entradas de octubre, 2017

LO QUE HAGO NUNCA ES SUFICIENTE

Llega a ser angustioso para el cuidador pretender estar las 24 horas del día los 365 días del año pendiente de lo que hace la persona enferma cuando todavía tiene cierta autonomía y va y viene sin dar muchas cuentas. Aunque intentas no obsesionarte, no pensar que todo son peligros, que cualquier día le puede pasar algo, aunque intentas pensar que todavía es autónoma para ciertas cosas y no puedes impedirle que salga, vaya, haga, diga… a l final tienes la mente ocupada la mayor parte del día pensado: ¿a dónde irá?, ¿cómo irá?, ¿qué hará?, ¿con quién hablará?, ¿le pasará algo?, ¿alguien no entenderá sus miradas indiscretas?, ¿su acercarse excesivo a otras personas?, ¿tendrá algún percance por la calle y la gente no comprenderá sus reacciones?  Te esmeras por estar la mayor parte del día pendiente de ella, directamente o delegando en otros, coordinando con familiares, contando con su implicación y ayuda. Y aún así siempre hay algo que se te escapa, imprevistos con los que no con