Precisamente al contrario de lo que dice esta viñeta, cuando se trata de cuidar de una persona dependiente con una enfermedad neurodegenerativa, no merece la pena mirar atrás . El diagnóstico supone un impacto en las personas de alrededor y en la familia en su conjunto. Cada persona vive ese proceso de duelo de distintas formas , de manera muy personal: hay quien niega la realidad, la rechaza, se evade, hay quien acepta y asume, hay quien se desentiende, hay quien se hunde, hay quien se bloquea… El diagnóstico y el pronóstico exigen en la mayoría de los casos empezar a tomar decisiones, prever necesidades, anticipar cambios. En ocasiones no tomamos las decisiones que la situación requiere: porque nos falta experiencia, información, nos sentimos perdidos, ignoramos las opciones, no somos conscientes del deterioro que se va a producir. Pero la enfermedad transcurre, evoluciona, las necesidades cambian en breves (o largos, según el caso) espacios de tiempo y se req
Una mirada educativa al envejecimiento, el cuidado y los servicios sociosanitarios