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SALAS SNOEZELEN ¿UN RECURSO PENDIENTE DE REVISIÓN?




No me considero ninguna experta en estimulación sensorial ni en Salas Snoezelen.

Y es más que probable que me falte conocimiento sobre el tema para desterrar falsas creencias que yo misma puedo albergar sobre esta tecnología.  

Pero cada vez que vuelvo a ver una Sala Snoezelen no puedo evitar que vuelvan a mi cabeza una y otra vez las mismas dudas de siempre:
  • ¿De verdad esto es “atractivo” para la persona mayor?
  • ¿Una experiencia de este tipo le resulta gratificante, placentera?
  • ¿Estos estímulos de efecto futurista conectan con su realidad cotidiana, sus intereses, sus recuerdos, su estilo de vida?
  • ¿No podría conservarse el fondo (la estimulación sensorial y por tanto el beneficio terapéutico) y cambiar la forma (ofrecer estímulos más realistas y conectados con la biografía de la persona mayor)?

Recientemente volvía a ver un video divulgativo que publicaba en redes sociales un grupo empresarial que gestiona residencias en España y en el extranjero. Dicho video mostraba una Sala Snoezelen a modo de reclamo promocional de sus centros, como servicio extra. La sala en cuestión no medía más de 3x4 pero en ese reducido espacio aglutinaba:
  • Imagen proyectada en pared de arbusto con flores
  • Bola plateada tipo discoteca, en movimiento, colocada en una esquina del techo
  • Panel de columnas con leds morados en otra pared
  • Tubo lleno de líquido luminiscente y burbujas en una de las cuatro esquinas
  • Sobre una mesa un par de guantes con las puntas de los dedos brillantes parpadeando
  • Sobre una estantería otros elementos para trabajar aspectos manipulativos, imagino

En definitiva, a ojos de quien desconoce en profundidad esta tecnología (yo la primera), un cúmulo de estímulos de todo tipo, muy llamativos hasta resultar inquietantes y en apariencia poco conectados entre sí.

Repito, no dudo que detrás de este tipo de salas haya todo un diseño meticuloso y pensado desde el punto de vista terapéutico. Pero no dejo de preguntarme: ¿qué pensará y sentirá una persona mayor (pongamos que tenga además deterioro cognitivo) cuando entre en una sala de estas?

Me acordaba de una persona mayor de mi entorno que hace un tiempo tuvo que someterse a unas pruebas neurológicas y le atendieron en una espacie de unidad móvil dispuesta por el complejo hospitalario. La cita era a última hora de la tarde, en invierno, y el simple hecho de entrar en la unidad móvil, en una zona de exterior al centro hospitalario y ya de noche le despertó todo tipo de miedos y sospechas generándole una angustia y estrés innecesarios. 

Esto es sólo una anécdota y puede que incluso a ojos de algunos sin relación alguna con el tema de este post.

Pero yo creo que sí. La ACP tiene mucho que ver con la amabilización de espacios, servicios y atenciones; con la hogarización de los centros sociosanitarios; con la confianza y afecto en la relación interpersonal; con la significatividad de las actividades y los materiales; con la conexión con el proyecto de vida de cada persona.

¿Cabría la posibilidad de transformar las Salas Snoezelen a la luz de ese enfoque centrado en la persona y su proyecto de vida?

Alguna vez contaré mi propia idea de lo que podría ser una sala de estimulación multisensorial, adaptada a la persona, significativa, gratificante y real. Y más barata, pienso. A quien quiera escuchar.

También digo. Siempre será más estimulante salir al exterior, pasear, observar paisajes, conversar, que permanecer encerrado en una sala, por muchas luces y estímulos que tenga. Pero aun siendo cara, quizás en algunos casos siga siendo la opción más fácil.

Dejo aquí el enlace a un artículo que leí hace unos meses sobre la efectividad de un plan de intervención no farmacológica en personas con demencia mediante la utilización de Sala Snoezelen para aumentar su “engagement” (o conexión con el entorno). Creo que los resultados obtenidos y conclusiones dan pistas a tener en cuenta.



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