Hace unos días escuchábamos en una Jornada sobre Soledad y Mayores (Civican, Pamplona) que la soledad de las cuidadoras* está relacionada directamente con la dedicación 24/7/365 a la persona dependiente y su cuidado. "Ya sólo me dedico a cuidar", se oye con frecuencia.
Disponer de tiempo para una misma es siempre fácil en la teoría. Y lo que todos los profesionales aconsejan. Pero en el día a día, con la presión de las múltiples tareas, responsabilidades, la absorción que supone cuidar de una persona dependiente, la falta de red familiar o apoyos, la escasez de recursos, convierten el cuidado en una ocupación a jornada completa.
Qué difícil resulta: 1. Reconocer que necesito descanso y disfrute, 2. Reconocer que necesito ayuda y colaboración de mi entorno, 3. Buscar y pedir esa ayuda, 4. Reservar tiempo y espacios para mí, para cuidarme y para compartir tiempo con otras personas.
Explicaban en la Jornada que en muchas ocasiones son las propias cuidadoras quienes de alguna manera se "niegan" la posibilidad de tener tiempo para ellas: "¿cómo voy a dejarle sola?", "¿qué pensarán de mí, yéndome por ahí de picos pardos?", "nadie le va a cuidar como le cuido yo", "viéndole así, ¿cómo voy a disfrutar de nada?".
Tampoco podemos olvidar que sobre la cuidadora pesan también aspectos socio-culturales: el sentido de la obligación, la tradición heredada de ese modelo familiar tan orientado al cuidado (sobre todo femenino), los prejuicios sociales, la opinión del entorno más directo.
Como decía Mecano, "LO QUE OPINEN LOS DEMÁS, ESTÁ DE MÁS". Pero una cosa es decirlo y otra creérselo.
Así que para facilitar a las cuidadoras esa búsqueda de tiempo, colaboración y recursos, puede ser útil utilizar una herramienta práctica. En este caso un "ORGANIZADOR DE CUIDADOS". Vamos a comprobar si ese "no tengo tiempo para mí" es una realidad o es una idea que la cabeza alimenta sin descanso porque no encuentra alternativa, por el motivo que sea.
Disponer de tiempo para una misma es siempre fácil en la teoría. Y lo que todos los profesionales aconsejan. Pero en el día a día, con la presión de las múltiples tareas, responsabilidades, la absorción que supone cuidar de una persona dependiente, la falta de red familiar o apoyos, la escasez de recursos, convierten el cuidado en una ocupación a jornada completa.
Qué difícil resulta: 1. Reconocer que necesito descanso y disfrute, 2. Reconocer que necesito ayuda y colaboración de mi entorno, 3. Buscar y pedir esa ayuda, 4. Reservar tiempo y espacios para mí, para cuidarme y para compartir tiempo con otras personas.
Explicaban en la Jornada que en muchas ocasiones son las propias cuidadoras quienes de alguna manera se "niegan" la posibilidad de tener tiempo para ellas: "¿cómo voy a dejarle sola?", "¿qué pensarán de mí, yéndome por ahí de picos pardos?", "nadie le va a cuidar como le cuido yo", "viéndole así, ¿cómo voy a disfrutar de nada?".
Tampoco podemos olvidar que sobre la cuidadora pesan también aspectos socio-culturales: el sentido de la obligación, la tradición heredada de ese modelo familiar tan orientado al cuidado (sobre todo femenino), los prejuicios sociales, la opinión del entorno más directo.
Como decía Mecano, "LO QUE OPINEN LOS DEMÁS, ESTÁ DE MÁS". Pero una cosa es decirlo y otra creérselo.
Así que para facilitar a las cuidadoras esa búsqueda de tiempo, colaboración y recursos, puede ser útil utilizar una herramienta práctica. En este caso un "ORGANIZADOR DE CUIDADOS". Vamos a comprobar si ese "no tengo tiempo para mí" es una realidad o es una idea que la cabeza alimenta sin descanso porque no encuentra alternativa, por el motivo que sea.
Y como ya sabéis que soy firme defensora de la reflexión, os propongo primero una serie de preguntas para meditarlas con calma:
- ¿Realmente estoy dispuesta a tener un día para mí, aprovecharlo, disfrutarlo, no sentirme culpable por ello y volver al cuidado cada semana con energías renovadas?
- ¿Poseo una red sólida de familiares y amigos de los que pueda echar mano con confianza y seguridad para este tipo de necesidades?
- ¿Conozco bien todos los recursos, instituciones, centros, asociaciones, organizaciones de voluntariado que en mi propia ciudad me pueden ayudar a cuidar y sustituirme durante unas horas en uno o varios días?
- ¿Me voy a proponer desconectar en ese tiempo de descanso, salir del domicilio, hacer otras actividades, estar con otras personas, hacer lo que me gusta y no pensar que mi familiar va a estar mal atendido u obsesionarme con llamar constantemente?
- ¿Estoy dispuesto a aprender a delegar, buscar ayuda, pedir colaboración, aprovecharme de todos los recursos que me facilita la ciudad, mi entorno y saber mostrar a los demás que necesito descansar para cuidar mejor de mi familiar?
Y un último CONSEJO: cuando hayáis cumplimentado el Organizador de Cuidados, colocadlo en un lugar visible, donde lo veáis a diario para así recordar que el descanso es importante y posible.
CONTADME: ¿os parece útil? ¿qué otras herramientas os facilitarían la tarea de cuidadoras?
CONTADME: ¿os parece útil? ¿qué otras herramientas os facilitarían la tarea de cuidadoras?
* A lo largo del post hablo de "cuidadoras" porque, como demuestran las investigaciones, siguen siendo en su mayoría mujeres quienes asumen el cuidado de personas dependientes, tanto dentro de las familias como en las instituciones.
Comentarios
Publicar un comentario