Los estudios demuestran que en
las personas con demencias o Alzheimer hay una dimensión o capacidad cerebral que se ve mucho menos afectada que otras: la música. Hablar de música significa hablar de memoria musical, y por tanto de emociones y recuerdos. Interesa, por tanto, trabajar y estimular la memoria a través de los recuerdos que conecten con las emociones.
Dice la musicoterapeuta de la Fundación Alzheimer España, Fátima Pérez-Robledo: “Los recuerdos que más perduran son los que están ligados a una vivencia emocional intensa y justo la música con lo que está más ligado es con las emociones y la emoción es una puerta al recuerdo”.
Dice la musicoterapeuta de la Fundación Alzheimer España, Fátima Pérez-Robledo: “Los recuerdos que más perduran son los que están ligados a una vivencia emocional intensa y justo la música con lo que está más ligado es con las emociones y la emoción es una puerta al recuerdo”.
¿Pero se puede ayudar a estas
personas a mantener viva esa memoria?
¿Quiénes pueden hacerlo?
CRE Alzheimer nos propone 5
maneras de trabajar la memoria y ayudar a nuestros familiares a evocar
recuerdos que les ayuden a recordar quiénes son, quiénes han sido y la vida que
han tenido.
Pero pienso también en tantos y
tantos voluntarios que se dedican al acompañamiento de personas mayores en
domicilios y centros residenciales. Pasear, conversar, escuchar, acompañar, es
sin duda una labor ya de por sí encomiable. ¿Por qué no contribuir también,
como voluntarios, a estimular su mente y su memoria?
Por eso, además de los 5 consejos
que nos da el CRE Alzheimer, añado otros especialmente dirigidos a todos esos
voluntarios de acompañamiento.
- Muéstrale fotos, recortes de periódicos, cartas o tarjetas de felicitación, recordatorios y objetos que pueden ayudarles a recordar personas, lugares y acontecimientos.
* Voluntarios: si conocéis a los
familiares de estas personas o podéis acudir a profesionales de las residencias
para que os ayuden a hacerlo, intentad conseguir alguna fotografía, carta,
recortes de periódicos, objetos que pertenecieran a estas personas y que les evoquen
recuerdos de sus vidas. Quizás también se les puede pedir a las propias
personas que os enseñen fotografías y os hablen de ellas, de lo que muestran,
lo que representan, a qué y a quiénes les recuerdan, con qué las asocian.
- Realiza visitas a lugares que evoquen recuerdos en tu familiar: su pueblo o ciudad natal, organízale reuniones con la familia, amigos, viejos conocidos.
* Voluntarios: vamos a
aprovecharnos para esto de las nuevas tecnologías. En 2010 tuve la oportunidad
de colaborar con la Fundación Profesionales Solidarios de Pamplona en el desarrollo del “Programa Escucha” en Amma Mutilva y Amma Ibañeta (Navarra). Y un día se me ocurrió
mostrarles a los residentes, en el ordenador, fotografías antiguas y actuales
de los pueblos navarros de los que eran originarios o en los que habían vivido
previamente al ingreso en la residencia. ¡Se dispararon los recuerdos! Y con
ellos los sentimientos, las emociones, la alegría de contar y recordar.
Ordenadores, tablets, Smartphones… aliados nuestros que además muchos llevamos
con nosotros a todas partes. Utilicémoslos.
- Ponle su canción favorita. Muchos estudios apoyan el papel de la música como método de estabilización mental en personas con Alzheimer; incluso puede ayudarles a evocar el pasado.
* Voluntarios: la música
tradicional y folklórica, especialmente, es sin duda el gran recurso para
despertar recuerdos. Recuerdos de fiestas, tradiciones, encuentros familiares,
pueblos y ciudades de origen, amigos y amores, época de juventud. Y una vez
más, ¿quién no lleva un Smartphone en su bolsillo? Existen también pequeños
altavoces portátiles del tamaño de una pelota de tenis que nos pueden facilitar
estas actividades de animación, adaptando el volumen a sus necesidades. ¿Qué
residencia no tiene un equipo de música o un simple reproductor? Pienso que la
mayoría. Utilicemos los recursos que nos ofrecen las residencias.
Pero no sólo les hagamos
escuchar, que al final es algo pasivo, ¡animémosles a cantar y bailar! Conozco
un voluntario que en 2012 comenzó a visitar en una residencia de Pamplona a un
grupo de personas mayores con demencia crónica de diversa gravedad. En
apariencia enormemente deteriorados, sin gran respuesta a los estímulos de su
entorno, con actitud más bien de desinterés, pasividad, inactividad. En la
actualidad este grupo hace las veces de un “coro”. Unos cantan más, otros
menos, sigue habiendo quien se duerme, quien va y viene según le interese. Pero
el cambio en estas personas es definitivamente notorio.
- Aprovecha el poder del sabor y el olor. Ciertos olores y sabores pueden evocar recuerdos a veces inesperados.
* Voluntarios: quizás esto pueda
parecer más difícil de aprovechar y por tanto estimular. Pero pensemos
nuevamente qué podemos aprovechar del entorno: flores, frascos de colonia, el
simple olor de un jardín, el de la comida haciéndose, el mismo olor de
habitaciones y pasillos. Y enganchemos con recuerdos, con lo que ha sido su
vida, las experiencias que han tenido. ¿Qué han comido ese día? ¿Tenía buen
sabor? ¿Qué sabores les gustan más? ¿A qué les recuerda esos sabores? ¿Los
relacionan con su infancia, con su juventud, la época adulta, con personas o
lugares concretos?
- Haz las preguntas correctas. No hagas preguntas que suenen a interrogatorio: “¿te acuerdas de…?”, y que den lugar al acierto o al error. Haz preguntas abiertas que estimulen el pensamiento libre y la creatividad, que no sean sólo de “sí” o de “no”. Y sobre todo deja tiempo para responder y explayarse. Parafrasea, para seguir estimulando el recuerdo.
* Voluntarios: es importante
seguir estas indicaciones sobre el estilo de preguntas y la manera de
formularlas. Y, nuevamente, servirnos de todos los recursos materiales que estén
a nuestro alcance. Sabemos lo difícil que puede llegar a ser mantener una
conversación con personas mayores con deterioro cognitivo. Lo cansado de hilar
frases, de intentar que responda. Lo habitual que acaba siendo que el
acompañamiento se acabe convirtiendo en compañía en silencio, junto al otro
pero sin mayor intercambio. La presencia no basta si hablamos de estimulación y
memoria. Vamos a dar con las claves y recursos que nos faciliten esa
conversación y, sobre todo, que le den a la persona mayor un papel activo y no pasivo, protagonista y no secundario.
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