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NADIE ME ENTIENDE PORQUE NADIE SABE POR LO QUE ESTOY PASANDO




Este pensamiento o expresión es muy común oírla en boca de cuidadores (y en general en toda persona que pasa por una situación difícil).

Hay que partir del hecho de que verdaderamente nadie va a entender por lo que uno pasa simplemente porque nunca lo va a vivir como lo vives tú. Cada persona es distinta, con sus pensamientos, sus creencias, sus formas de ver y entender la vida, sus sentimientos, emociones, sus formas de reaccionar y afrontar las circunstancias. Cada uno vive las cosas de forma personal y única, porque es él o ella y no otra persona. De ahí que hay quien dice que la empatía (sentir lo que siente el otro) como tal no existe, porque nunca nadie puede llegar a sentir en carne propia lo mismo exactamente que puede sentir otra persona, simplemente porque son personas distintas.

Dicho esto, no quiere decir que el entendimiento y la comprensión no tengan cabida cuando hablamos de los cuidadores. Por supuesto que las personas que tenemos alrededor pueden conocer la situación que vivimos, entender las circunstancias que nos rodean e incluso comprender los sentimientos, pensamientos y actitudes que la situación de cuidado nos lleva a tener, siempre por supuesto desde su propia visión, aun cuando intentan ponerse en nuestro lugar. Pero precisamente ese esfuerzo de intentar comprendernos y ponerse en nuestra piel es muy de agradecer y de gran valor. Sobre todo porque de alguna manera muestran su intención e interés en compartir nuestra carga, porque se "hacen cargo" de nuestra situación.

La pregunta es: 

¿yo hago partícipes a los demás de todo lo que el cuidado me genera? 

Es muy fácil quejarnos de que no encontramos apoyo y comprensión a nuestro alrededor. Pero también es cierto que es común entre los cuidadores hacer de la persona a la que cuidamos y del cuidado algo muy nuestro. Hasta el punto de que a veces tendemos a pensar con la mejor de las intenciones o por error que el cuidado y la persona dependiente son únicamente responsabilidad nuestra y que a nadie más le importa: porque no queremos molestar, porque pensamos que los demás no van a responder como esperamos, porque creemos que tienen otras obligaciones o simplemente porque no queremos que nadie se meta en lo que es nuestra responsabilidad y al final nuestra vida. 

Pero hay que tener en cuenta una cosa muy importante. Cuando yo no cuento a las personas de mi alrededor lo que vivo, lo que hago, lo que pienso, lo que siento cuidando, no es que nadie me entienda, es que simplemente desconocen mi situación. Y cuando alguien no conoce las cosas, no se hace cargo de ellas, ni va a mostrar interés o va a preguntar porque simplemente no tiene ninguna información que le empuje a hacerlo. Si caigo en el error de hacer del cuidado algo exclusivamente mío y privo al resto de personas de información, no puedo esperar luego que estas personas muestren comprensión. Simplemente porque, como dice el título, si “nadie sabe por lo que estoy pasando”, “nadie me entiende”. Y esto es algo que el cuidador debe cambiar, si realmente busca la comprensión y apoyo de los otros.   

Aún y todo, tampoco hay que olvidar que efectivamente hay personas que, sabiendo lo que pasa, no nos van a entender ni comprender: porque no tienen capacidad, porque no tienen interés, porque directamente no les preocupa o no llegan a entender la envergadura de la situación que vivimos o porque les da miedo conocer la realidad en su totalidad y prefieren mantenerse alejados de la persona enferma y el cuidado, o bien la situación directamente les supera. No todas las personas están preparadas para comprender y apoyar. Y eso también hay que aceptarlo y respetarlo.





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